sábado, 5 de diciembre de 2015

Para siempre

Era una noche cualquiera, como las muchas que habían tenido. Él siempre la miraba de la misma forma, como si no hubiera nada más maravilloso en el mundo. Y los ojos de ella brillaban acompañados de cada uno de los gestos que él hacía al hablar. 
Era una noche de invierno, cuando empezaron a beber vino barato, de ese que te pone los ojos vidriosos con cualquier recuerdo. Él ya sentía todo por ella y ella aún tenía miedo de amarlo. 
Después de un silencio necesario y reconfortante, que terminó por conectarlos un poco más, ella clavó la mirada en el suelo para después verse reflejada en los ojos de él. 
"¿Crees en los 'para siempre'?" le preguntó, con una expresión de vulnerabilidad. "Sé que es una pregunta un poco tonta, pero hace tiempo juré no volver a hacer planes con alguien, porque el tiempo siempre termina por derrumbarlos como a un castillo de cartas," dijo sin detenerse, sin darle tiempo para responder a su pregunta. 
Él sólo la miraba, le gustaba hablar con ella porque debatía todo lo que él decía, era terca como sólo ella sabía serlo y siempre preguntaba lo que nadie más se atrevía, era curiosa, era interesante. Había algo en ella que lo hacía querer ser mejor cada día y justo en este instante se había dado cuenta de que la amaba aún más que antes. Amaba con locura todos sus miedos e inseguridades, la amaba porque a pesar de éstos, seguía ahí, sujetando su mano con todas sus fuerzas. 
Era una noche cualquiera, pero el día siguiente fue como ningún otro. 
Cuando se despertó, lo contempló e inmediatamente lo supo. Contempló su cabello despeinado, el lunar que nunca había notado que tenía en el párpado izquierdo, la perfecta simetría de su cara y la curva de su cuello. Lo contempló y en ese momento lo supo todo, supo que volvería a hacer planes, supo que dejaría a un lado todos esos estúpidos miedos y que empezaría a creer en los para siempre; porque el amor que sentía por él, no podía durar menos que un 'para siempre.'

— m.f. // Fragmento de un libro que tal vez escriba #5 
// Para siempre


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