Creí que funcionaríamos,
que esta vez sería diferente.
Creí que tu destino y el mío
se convertirían en uno mismo,
que tendríamos el valor
para decirnos lo que sentíamos,
para insistir en lo que queríamos.
Creí que nos elegiríamos cada día,
sin forzar,
sin atar,
sin huir.
Creí que funcionaríamos,
pero a veces la vida no es
nada más que un mal chiste.
A veces simplemente
no nos sentimos listos
o ya estamos demasiado rotos,
con el corazón
a medias,
desgastado,
distraído.
Y es por eso que dejamos pasar
las mejores oportunidades,
como si se fueran a repetir
mañana o al día siguiente.
No te estoy culpando de nada.
Aquí no hay
culpas,
reclamos,
acusaciones.
Simplemente,
ya me estaba haciendo a la idea
de que eras la persona
por la que me iba a dejar
de pendejadas,
de mediocridades,
de cosas a medias.
Qué lástima que no
hayamos tenido el coraje
de querernos,
de olvidarnos del miedo,
de volver a jugar a eso del amor.
Qué lástima que no
hayamos tenido el valor
de apostar por nosotros,
de confiar en nuestros corazones,
de intentarlo juntos.
Es una tristeza que jamás
voy a poder escuchar
todos tus chistes malos
y fingir que me dan risa
sólo para verte sonreír.
Ni ser la que ponga de nuevo
esa sonrisa en tu cara cuando
sientas que nada tiene sentido.
Es una tristeza que jamás
voy a tener la oportunidad
de ponerme nerviosa
al conocer a tu familia.
Ni de saber más de ti.
Sí, me dijiste lo básico.
Tu color favorito es el azul
y la escuela nunca ha sido lo tuyo.
Pero es que yo quería saberlo todo,
tus miedos,
tus sueños,
tus pasiones.
Siempre me dijiste que
te costaba mucho abrirte
con las personas
y probablemente sea cierto.
Pero no tenía porque serlo conmigo.
Y es que,
maldita sea,
hasta el horóscopo me dijo
que alguien especial llegaría pronto.
Y ahora me siento tan engañada.
Ya ni siquiera sé
si las estrellas se equivocaron
o si nos faltó rozar
nuestros labios un poco más,
hasta convencernos
que podríamos ser algo,
que podríamos serlo todo.
No sé tú.
Pero yo me quedo
con la ligera sensación de
que los dos nos equivocamos.
Y para serte sincera...
Creí que tú.
Creí que yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario