No soy esa niña pequeña a la que tienes que proteger de sí misma. No soy lo suficientemente frágil como para romperme así, de la nada. Me he hecho resistente y tengo cicatrices de batalla que no tengo miedo de que conozcas. No me avergüenzo de las cortadas, de las marcas y de los moretones que puedes encontrar en mi cuerpo y principalmente en mi mente. Son mías y son parte de mi vida, de mi historia. Gracias a ellas soy lo que soy y estoy en donde estoy. Así que si me amas, espero que me ames por cada una de mis imperfecciones, porque son ellas las que hacen de mí esta mujer inolvidable, esta mujer irrepetible.
Y no te confundas, no estoy diciendo que soy una mujer perfecta, eso sería un insulto para mí. La perfección consiste en querer acercarse a un modelo ideal previamente establecido. Yo no tengo ningún patrón, he venido a romper con tus estereotipos y con tus paradigmas. No soy perfecta, soy extraordinaria, impredecible y hermosamente imperfecta.
Confío en mí y en mi forma de amar. Me entrego sin medida, como he aprendido y como debe de ser. Elijo el amor, sin importar el dolor. Decido vivir, por encima de mis miedos. Soy valiente, honesta y sin pretensiones. Siempre estoy luchando por ser una mejor persona, por superarme a mí misma. Estoy orgullosa de mi capacidad de perdonar a quienes más me han lastimado. Creo en mi fortaleza y en mi habilidad de levantarme cuando me caigo, de limpiar mis heridas y de curarme a mí misma.
No pretendas cumplir mis sueños por mí, eso es algo que tengo que hacer con mis propias manos. Jamás voy a caminar tranquilamente detrás de ti, caminaré a tu lado, de tu mano. No voy a quedarme callada cuando algo no me parezca, diré absolutamente todo lo que pienso. Y si no me escuchas, gritaré. Te voy a presionar para que seas la mejor versión de ti mismo. No te daré la razón cuando no la tengas, te voy a contradecir cuando sé que estás equivocado. Te empujaré tanto como me empujo a mí misma, porque siempre voy a querer lo mejor para ti.
Sé que todo esto me convierte en una persona difícil de amar, porque no podrás simplemente tomar mi amor y llevártelo. No, también vas a tener que dar y sé que eso te costará. Yo no soy la niña que te hace sonreír, soy la mujer que te hace pensar. Yo no soy la niña de la que te enamoras, soy la mujer a la que aprender a amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario