martes, 23 de enero de 2018

Inevitablemente, él

Y desde luego, seguiré hablando de él. Porque sólo existe uno como él y está justo aquí, junto a mí. Él sabe si me gustará una canción antes de que la escuche y se ríe de mis chistes antes de que los termine de contar. Es muy fácil hacerlo reír y demasiado difícil hacerlo llorar (no me siento orgullosa de haberlo logrado). Le gusta la lluvia porque el ruido que hace al golpear su ventana le hace sentir que no está solo. Está repleto de gestos y de pequeñas manías. Ama el café, casi tanto como el queso. No le gusta el alcohol, pero tiene una fuerte adicción al cigarro. Vive con el horario invertido, sufre de insomnio. Cuenta las mejores historias a las 3 de la madrugada y sus chistes son tan malos que dan risa. Tiene una cicatriz justo arriba de la ceja izquierda de cuando se cayó de pequeño y un lunar en la mano derecha. No le encanta su nariz, pero a mí me parece perfecta. Tiene la sonrisa más hermosa del mundo y nunca usó brackets. Camina pretendiendo ser más alto y para dar un argumento siempre utiliza las manos. Escribe, aunque nunca aprendió a hacerlo y finge saber de libros pero jamás los lee. Su voz es lo mejor que existe, me canta viéndome a los ojos. Es intenso y necio como un niño. Es competitivo y ambicioso como un hombre. Cuando no consigue lo que quiere se frustra, pero sin darse por vencido. Tiene el corazón más noble y bonito que he conocido. Da los mejores consejos, siempre en el momento indicado y con las palabras adecuadas. Con él todo es diferente, desde los besos hasta los silencios. Cuando me acuesto en su pecho y escucho los latidos de su corazón, algo dentro de mí quiere seguir cumpliendo todas las promesas que le he hecho. Tiene la capacidad de hacerme sentir la mujer más amada, poderosa y hermosa del mundo, me da confianza en mí misma. Sólo hay uno como él. Se llama José. Él puso mi realidad de cabeza. Mi mundo era tranquilo, ordenado, equilibrado. Y de repente llegó él con su mirada desafiante, sus comentarios inteligentes, su notoria seguridad... Y todo lo que había antes de él comenzó a parecer superficial, monótono, mediocre. Ya no era nada. Y ni aun queriendo impedirlo, hubiera podido contener lo inevitable: enamorarme de él.

— m.f. // Inevitablemente, él

martes, 16 de enero de 2018

Pieces of him

For a while, 
I couldn't write. 
It started when I realized that 
he wasn't the person I loved anymore. 
I forgot what it felt like 
to have my throat shattered 
from screaming what 
I couldn't understand. 
But now, 
here I am, 
and I remember 
how much it can hurt, 
knowing that it isn't right, 
that it will never work, 
that it just can't. 
Everything was beautiful 
until it wasn't. 
It was all heaven 
until I found myself in hell. 
I don't even remember 
falling in love with him. 
I just remember 
holding his hand, 
realizing how much it would hurt 
when I had to let it go. 
He came into my life really fast, 
and I liked it. 
I remember how much it hurt 
when I came across him. 
He was like broken glass 
all over the floor. 
But it was lovely 
and my curiosity defeated me. 
I remember when I looked at him, 
all I could see was pain. 
He had this insane look 
of desperation. 
I could almost feel it. 
And yet his eyes were still 
kind and beautiful. 
They were only blue 
but when I looked at them 
I saw colours that don't even exist. 
They were the eyes of an artist 
and I was always lost in them 
and in his sad little stories. 
They moved me more 
than anything else. 
They effortlessly 
opened me up. 
I even fell for the way 
he smoked his cigarettes 
and I knew his face 
like the back of my hand. 
There was something 
peculiar about it, 
like the life had been 
sucked out of him. 
I wanted to pick up his pieces. 
I wanted to put him 
back together. 
And I tried. 
I really did. 
I got a little cut along the way. 
The more I tried to fix him, 
the more fragile I became 
but I didn't care. 
I wanted to see him happy. 
Every time I made him laugh, 
all I could think about was 
how I wanted to make him laugh forever. 
There was something about it 
that made me feel alive. 
He started to get better. 
Eventually he was good enough 
to get up and walk away. 
But he didn't take me with him. 
And since then 
I've been wondering 
if the pieces left on the floor 
are his or mine. 
He told me he photographed 
the things he loved
but he never 
took pictures of me. 
I guess sometimes things 
just don't work out 
the way we want them to. 
For instance that's why my parents 
live in separate homes. 
It's also why when we 
saw each other that day, 
he didn't even smile at me. 
And after all these years 
I think I was the only one 
who truly knew him. 
Or maybe I never knew him at all.

— m.f. // Pieces of him

lunes, 15 de enero de 2018

Fuera de lugar

A veces conoces a una persona demasiado tarde y te das cuenta que darías cualquier cosa por regresar el tiempo. Por decirle todo lo que sientes sin estar fuera de lugar. Por quererla en una época en la que todo sería más fácil.
Hay historias que terminan incluso antes de comenzar, que por una u otra razón no se pueden hacer realidad. Tal vez cuando la viste por primera vez, ella ya iba de la mano de alguien más. O al enamorarte perdidamente de ella, te enteraste que en unos cuantos días se iría al otro lado del mundo. 
No lo sé, existen tantas variaciones y cada una de ellas es tan frustrante. Es como si fuera un mal chiste de Dios, del Universo, de la vida... ponerte enfrente a la persona indicada para ti, en el momento menos oportuno. 
Pero creo que la peor tortura de todas, es el preguntarte qué hubiera pasado. Qué hubiera pasado si la hubieras conocido antes. Qué hubiera pasado si hubieran coincidido en el mismo lugar y a la misma hora. Qué hubiera pasado si hubieras mandado ese mensaje. 
A lo mejor todo sería diferente... tal vez todo seguiría igual. Por eso es una tortura, porque jamás sabrás qué hubiera sucedido realmente. Son de esas preguntas que simplemente no tienen respuesta, por más que le des un millón de vueltas. 
Creo que lo único que queda por hacer es esperar que todo se alinee a tu favor. Y si realmente ella es la persona indicada para ti, el destino se encargará de juntarlos tarde o temprano... tal vez mañana, en cinco meses o en diez años. Si algo está destinado a pasar, pasará. Y si no, un día despertarás y ni siquiera recordarás el color de sus ojos.


— m.f. // Fuera de lugar

domingo, 7 de enero de 2018

Una mujer así

No te enamores de una mujer culta, sarcástica, interesante, loca y de carácter fuerte. No te enamores de una mujer que te hace cuestionarlo todo con sus teorías universales y que te habla en plena madrugada sólo para preguntarte si crees en Dios o en el destino. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y que aprende lo que no. 
No te enamores de una mujer romántica, que ama la poesía y que sabe exactamente qué decir para que caigas a sus pies. No te enamores de una mujer que se queda media hora contemplando el atardecer, la lluvia y las estrellas. No te enamores de una mujer segura de sí misma, que sabe lo que vale y lo que merece. 
No te enamores de una mujer auténtica, que no le importa caerle bien a los demás o aparentar ser alguien que no es. No te enamores de una mujer que disfruta realmente de la música, que sabe sentirla e interpretarla. No te enamores de una mujer con la que puedes platicar durante horas de cualquier cosa y estar perfectamente cómodos en silencio. 
No te enamores de una mujer que te saca a bailar en medio de su sala, sin más música que la que van improvisando al respirarse. No te enamores de una mujer que te abre los ojos, aunque a veces los quieres tener cerrados. No te enamores de una mujer que te impulsa a perseguir tus sueños y a ser la mejor versión de ti. 
No te enamores de una mujer que se pierde en sus pensamientos al estar rodeada de gente y que prende la luz a las 4:00 am porque se le ha ocurrido la idea perfecta sobre la cual escribir. No te enamores de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer que defiende sus puntos de vista y que a pesar de ser fiel a su ideología, puede escuchar la tuya con atención.
No te enamores de una mujer intensa, directa, rebelde, independiente y de ortografía perfecta. No te enamores de una mujer que es capaz de convertirte en más palabras de las que podrías leer y que canta a todo pulmón cuando pasan su canción favorita en la radio. No te enamores de una mujer que al mirarte, hace que se te borren de la cara todas las derrotas reales e imaginarias. 
No te enamores de una mujer que se toma el tiempo de escuchar los latidos de tu corazón y que está hecha de un material tan especial, que al tocarla te cambia la vida. No te enamores de una mujer voraz y veraz, dos virtudes que son mucho más que un simple juego de palabras. 
No quieres enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, no importa si se queda contigo o no, si te ama o no, si te voltea a ver o no... de una mujer así, jamás se regresa. Una mujer así, te enamora para siempre. 

— m.f. // Una mujer así