martes, 18 de junio de 2019

Instantes

A veces te tomo de la mano
con demasiada fuerza mientras manejas,
te volteo a ver a media película
o te lleno la cara de besos.
A veces te digo "te amo" tantas veces
que no sabes cuántos "yo también" contestar,
sonrío como tonta cuando me tocas
o te abrazo de la nada.
Sé que te encanta cuando hago todo eso.
Y que te da risa y ternura
lo espontánea que puedo llegar a ser.
Pero todo esto tiene una razón,
porque la vida es así:
espontánea,
repentina,
inesperada.
Últimamente me he puesto a pensar
que la realidad en la que vivo
puede cambiar en cualquier momento.
Que todo lo que tengo
y lo que quiero
se puede derrumbar en un instante.
Y me da miedo pensar
que eso te podría incluir a ti.
Hoy te tengo,
hoy tengo la posibilidad de besarte,
de abrazarte,
de tomar tu mano
y de decirte cuánto te amo.
Así que te voy a besar
hasta que ya no sienta mis labios,
te voy a abrazar hasta que quieras
hacer de mis brazos tu hogar,
voy a tomar tu mano hasta que me convierta
en una pieza más de tu rompecabezas,
y te voy a repetir lo mucho que te amo
hasta que se acerque un poco
a lo que en realidad siento,
hasta que te lo aprendas de memoria
y si en algún momento no estoy ahí para decírtelo,
puedas repetirlo en tu cabeza
una,
y otra,
y otra vez.
Te voy a decir todo,
absolutamente todo.
Porque tengo tantos sentimientos
que se niegan a ser silenciados,
tantos que siento 
que mi corazón va a explotar.
Así que ahora voy a besar tu nariz
y a respirar tu aire.
Y te voy a pedir que te quedes un ratito más,
y luego un poquitito más.

— m.f. // Instantes

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