jueves, 26 de abril de 2018

No me perdono

No tenía ninguna intención de enamorarme. Es más, yo ni siquiera creía en el amor. Pero entonces te vi. Y no pude dejar de mirarte. Me sonreíste y carajo, caí a tus pies. No sé exactamente en qué momento fue, pero me enamoré perdidamente de ti. De cada parte de ti. Y es que todo pasó tan rápido entre nosotros, que desde el primer día yo ya te consideraba parte de mi vida. 
Todavía recuerdo que no podías dejar de reírte al verme empapándome en ese aguacero. Y es que, ¿quién tiene la maldita mala suerte de que llueva así de fuerte en su primera cita? Sólo nosotros, sólo nosotros. Y cómo olvidar la concentración con la que intentabas conseguir justo el peluche que quería en esa máquina. Mi vida, no entiendo por qué creíste que debías impresionarme, yo ya era completamente tuya. 
Me acuerdo también de todas esas veces que llegaste a mi casa con una flor, sólo porque era martes. Y las sonrisas que sólo tú eras capaz de provocar en mí. Me acostumbré a los pequeños detalles. Como que me abrieras la puerta del coche, que me preguntaras si ya había comido y me regañaras cuando te decía que no tenía hambre. 
Me encantaba cómo recordabas las cosas insignificantes que te contaba, aunque la memoria no era tu fuerte. Amaba la forma en la que me mirabas fijamente cuando sonreía, a media película, cuando el semáforo estaba en rojo y me hacía la dormida. Sentir tu mano sobre mi pierna, todavía no he conocido nada que se le compare. Me encantaba hasta la forma en que decías mi nombre y que sonara tan extraño, porque siempre me llenabas de apodos bonitos. 
Y es que, parecía que éramos dos partes de la misma cosa. Tú mano encajaba con la mía como si estuvieran hechas para estar juntas, a pesar de la diferencia de tamaño. Mi cabeza se acomodaba perfectamente en tu pecho. Y el simple hecho de estar contigo se sentía bien. Tan bien. En pocas palabras, tú podías hacer que el infierno se sintiera como el paraíso. Y vaya que lo hacías. 
Quiero que sepas que si me dieran a elegir, lo volvería a hacer todo de nuevo. Te elegiría a ti otra vez. Me enamoraría de ti otra vez. Sin importar el final. Sin importar cómo terminamos. Elegiría hasta la forma en la que te enojabas de más y cómo me molestabas sin parar. 
Entre todos nuestros errores, te escribo esto en una época donde pueda encontrarte. Antes de las lágrimas, antes de las peleas, antes de todo lo que nos separó, antes de las malas decisiones. Cuando nuestra historia era antes que nosotros. Antes de que todo esto estuviera en pasado. 
A veces todavía me pregunto qué hicimos mal. Intento revivir los últimos días que pasé contigo, buscando el momento exacto en el que nos perdimos. Pero simplemente no lo encuentro, no sé cuándo fue. Lo único que sé es que jamás olvidaré cómo me hiciste sentir como si fuera todo y cómo me hiciste sentir como si no fuera nada. Cómo estabas ahí pero yo no te sentía a mi lado. Cómo creímos que lo teníamos todo donde tal vez nunca hubo nada.
Probablemente seguiré escribiendo sobre ti. Todos me dicen que mis palabras son perfectas, no sé por qué. Tal vez porque son sobre ti. De todo lo que he conocido, tú eres lo más cercano a la perfección. 
Pero lo que nadie sabe, lo que tú no sabes, es que me pongo a pensar en todo lo que está pasando y lo único que siento es impotencia, rabia y frustración. Porque escribo todo esto y no se acerca ni un poco a lo que en realidad siento. 
Si las acciones pudieran traducirse a palabras, me escribiría a mí gritando como loca en el coche porque están pasando nuestra canción. Me escribiría a mí sentada en la regadera con el agua quemándome la piel, mientras sigo tratando de encontrar el momento exacto en el que lo perdimos todo. Luego me escribiría cerrando la llave en total decepción, porque por fin me he dado cuenta de que tal vez nunca nos tuvimos. Escribiría cómo mis ojos se cansan de mirar el techo a las 3 de la madrugada, extrañando tu voz, tu risa, tus consejos, tus chistes malos. Estar despierta a esa hora sólo era divertido cuando estabas conmigo. Ya ni siquiera sé cómo terminar esto. No existe ninguna forma poética para decir que la cagué, que te lastimé y que no me puedo perdonar.

— m.f. // No me perdono

lunes, 23 de abril de 2018

I miss you and I can't sleep

I want to write about how I keep running my fingers over your skin, because I'm afraid that if I keep my hands still you will disappear.
And how every time I touch your face, I try to memorize it - just in case, I try to memorize it with my fingertips.
And I have novels in my head about the way your lips taste, pages upon pages about vanilla and coffee and jasmine and I swear there is a hint of oak as well, and cigarette, and future or what I think future tastes like - sweet, and promises, secret and whispered and just ours, but how can a kiss taste like time standing still, like magic? how do I write a poem about it?
I want to write about the fears, but there are too many - the ones where I'm the bad guy and the ones where you are, and then, the really, really scary ones - the ones with no bad guy, with just life.
And I have all these dreams but writing them down is like wishing defeat, it's like admitting that they were never anything more than dreams one has at 16, they were never anything more than a phase, a way to grow up and grow into a job and a life that I always should have wanted.
I wish,
I wish I could write about things,
You and me, and fears and dreams and life, I guess, the way it is - messy and imperfect and so fucking scary, and I wish I could write it all down until it makes sense, until I'm no longer afraid, but see - I keep trying, I keep trying, over and over again, but I can't seem to scratch beneath the surface.
I wish I could write all the scary parts away, leave all the ugliness on a page; and write you in - into the middle and the end and all the spaces in between, like how we wake up and have breakfast with bitter, boiling, black coffee, and how we lead ordinary lifes, and live in a house with a white fence and a red roof and a tree house for kids to hide in and us to get drunk in; I want to write us happy, forever, or at least for as long as it matters.

— m.f. // I miss you and I can't sleep

jueves, 19 de abril de 2018

No te estás equivocando

Está permitido alejarte, dejarlo y no querer hablar más con él. Está permitido tomar tu distancia y decidir lo que es mejor para ti. Está permitido pensar en lo que tú quieres y no en lo que él necesita. Está permitido terminar con él, si es lo que quieres, y poner tu felicidad antes que la suya. Está permitido hacer lo que sea que te haga sentir plena, aunque eso ya no lo incluya a él. Está permitido quererlo, pero ya no de la misma forma, ya no como antes. Está permitido quererlo pero ya no querer estar a su lado, ya no quererlo más en tu vida. Está permitido superarlo y seguir adelante. Está permitido hacer lo que tengas que hacer para distraerte, para no pensar en él, para sanar. Está permitido no extrañarlo, no quererlo de regreso y sentirte bien sin él. Está permitido divertirte y hacer todo eso que no hacías cuando estabas a su lado. Está permitido conocer a nuevas personas y enamorarte de alguien más, enamorarte de muchos más. Está permitido equivocarte una y otra vez, hasta hacer las cosas bien. Está permitido hacer lo que sea necesario para ser la mejor versión de ti misma, para enamorarte de la nueva tú. 
No le debes nada a nadie. Ni siquiera a él. No necesitas dar ninguna explicación. No necesitas responder ninguna pregunta. Y es que, simplemente no existen explicaciones, ni respuestas. La vida pasa y las cosas cambian. Los sentimientos desaparecen y lo que un día significó el mundo para ti, al día siguiente puede no significar nada. No está mal. No tiene nada de malo. No estás equivocada. No es tu culpa. No es la culpa de nadie. La vida es todo un proceso y los procesos están repletos de cambios. A veces positivos, a veces negativos. Eso dependerá completamente de ti. Pero no puedes quedarte estancada. No puedes quedarte con alguien simplemente porque ya no recuerdas lo que es estar sin él. Hay demasiadas cosas mediocres en este mundo, pero el amor no debería ser una de ellas. Así que si tu felicidad ya no está a su lado, tienes que levantarte y salir a buscarla. O esperar a que llegue a ti. Pero de cualquier forma, no puedes esperar a que renazca como un fénix. No funciona así. 
Y sí, te van a juzgar. Van a juzgar cada una de las decisiones que tomes. Te van a decir que te estás equivocando. Te van a aconsejar que vayas más lento. Te van a intentar convencer de que es muy pronto para salir y divertirte. Que es muy pronto para conocer a alguien nuevo. Hasta parecerá que prefieren verte encerrada y llorando. Que prefieren verte destrozada y sufriendo. Pero lo que ellos no saben, lo que nadie sabe, es que ya lloraste y que ya sufriste. Demasiado.
Así que, ¿cuál es el periodo de tiempo "moralmente aceptado" para estar bien? ¿cuándo está permitido volver a reír? ¿en qué momento es correcto volver a vivir? Nadie tiene la respuesta a todo esto. Nadie. El tiempo es algo relativo, depende completamente de cada quién. Así que vive y haz lo que tengas que hacer para estar bien contigo misma. Y lo más importante: nunca, nunca pongas tu vida en pausa por nada ni por nadie.

— m.f. // No te estás equivocando

miércoles, 18 de abril de 2018

Trayectorias

No es que las canciones que cantábamos juntos me recuerden a ti. 
Es que escucho canciones que nunca antes había oído 
y puedo imaginarme esa sonrisa en tu cara, 
mientras las escuchas por primera vez. 
Puedo imaginarme tus dedos golpeando ligeramente el volante, 
mientras te conectas con la letra de esas canciones. 
Justo en este momento estoy escuchando una que sé que te encantaría. 
Es sobre manejar rápido y estar involuntariamente vivo. 
Es sobre valentía, fuerza y una mano tocando a otra, 
sin ninguna intención de moverse. 
Según un científico que no recuerdo como se llama, 
"Cada momento en la trayectoria de la historia humana existe para siempre."
Esto quiere decir que en algún otro lugar,
mis ojos están siempre mirando los tuyos por primera vez. 
En algún otro lugar, 
siempre decidimos prematuramente que nos amamos. 
Pero obviamente, 
en ningún lugar nos amamos de verdad. 
Lo que significa que en algún otro lugar, 
estoy en un coche, 
siempre moviéndome en la dirección opuesta a ti, 
escribiéndote una postal que dice: 
"Te extraño.
Me alegra que no estés aquí."


— m.f. // Trayectorias

jueves, 12 de abril de 2018

You'll heal

It was the kind of love that has the power to save you, to get you through life. It was like breathing. You had to do it in order to live. And when it was over, your soul started to bleed. I know there's no pain in the world like that.
When you lose someone who used to be your entire universe, it hits you. All the chances you didn't take, all the things you didn't say. Because the truth is that you think you have forever, but you don't. You never do.
It's crazy how much of yourself you can lose in a person. It's dangerous how attached and addicted you can become to someone. But just because you're used to them being in your life, it doesn't mean they're supposed to stay with you forever. Sometimes two people can love each other very much and it still won't be enough. And this is a lesson no one ever learns until it's too late and because they have to.
He isn't the only love your heart will ever know. He isn't the only heartbreak you will suffer either. And I know it all seems like darkness now, but one day you'll look at the sky and it'll be light again. One day, you will wake up. You will be able to take a shower, get dressed, eat breakfast, brush your teeth, go to school, eat lunch, go to class and come home. And you'll be able to do all of that without thinking about him.
Just because you miss him, it doesn't mean you should go back to him. Sometimes you have to just keep missing him until you wake up one morning and realise that you don't anymore.
He isn't going to text you, leave the house without your phone instead of holding it so hard in your hands waiting desperately with agony for him to miss you. 
If he isn't reaching out to you, don't reach out for him. Let yourself feel the pain. It's okay to cry. You're not pathetic for still being in love with him, it only makes you human. Break something, scream. Your feelings are valid and it's okay to explode sometimes.
Write, write until your wrist is aching. Find peace within the ink and paper. Share your thoughts freely until your heart heals. Write his name over and over again. Explain how angry you are. Burn it. Tear it up. You have every right to be mad, as long as you're not taking it out on yourself. As long as you're not blaming yourself.
Just because he stopped loving you, it does't mean you have permission to do the same. You're worthy of all the love in the world and you deserve no less. Don't let him leaving determine your worth. You are loved and you deserve to be here. Don't let anyone convince you of the opposite.
Wear that dress, look at yourself in the mirror and repeat "I deserve to be loved, I'm here and that's enough" over and over again. Memorise it, yell it, keep it in mind. Remind yourself there's only one you and there's nobody who can replace that. 
Smile more. Laugh until your lungs hurt. Sing so loud your throat starts to dry out. Dance in front of the mirror. Treat yourself. Take chances. Don't be embarrassed to be yourself.
Learn to survive alone. You only need your own self. Stop depending on others to make you happy. Learn to do you. Use this time of freedom to explore yourself. Find out who you truly are. Give yourself time to breathe. You owe it to yourself. 
Don't let strange boys into your bedroom. They won't make you forget him. Maybe temporarily. But when the lights are off and you're all alone, the ache will be back and it's only going to come on stronger.
We all have a someone we don't want to let go. Waiting is painful. Forgetting is painful. But not knowing what to do is the worst kind of suffering. Just remember that you will never find the thing that will make you happy, if you can't let go of the thing that was supposed to. When it's over, leave. Stop looking for happiness in the same place you lost it. Stop planting flowers in peoples yards who aren't going to water them.
I know it's hard to stop loving the ocean, even after it has left you gasping. But as time goes on, you'll understand. What lasts, lasts. What doesn't, doesn't. Time solves most things. And what time can't solve, you have to solve it yourself.



— m.f. // You'll heal

domingo, 1 de abril de 2018

Página en blanco

Sé que no quieres saber de mí. Pero necesitaba escribir. Necesitaba escribirte. Sé que probablemente no leerás esto. Pero espero que lo hagas. Aunque te cueste demasiado. Hazlo por ese pedazo de tu vida que sigue a la deriva de los recuerdos. Por los viejos tiempos. Por este mal sabor de boca después de algo tan dulce. Por lo que yo era en tu vida. Por lo que sea. Por lo que fuimos.
He intentado mantenerme distraída para no pensar en ti. Pero al final del día es inevitable. Salgo todas las noches como si nada. Como si jamás te hubiera conocido. Pero siempre termino hablándoles a todos de ti. E inconscientemente les pido que sean como tú eras. Que les gusten las mismas cosas que a ti. Que se rían como lo hacías tú. Que me miren de la misma forma. Y los termino comparando contigo. Qué culpa tienen ellos de no ser tú. De no saber lo que significaste para mí.
Siempre te escribo el mismo mensaje. Uno que empieza preguntándote: "¿por qué no regresamos?". Uno que sigue explicándote cuánto te extraño. Que ya casi olvidé tus defectos. Que me quedé sola para soportar los míos. Y cuando acabo el mensaje perfecto, lo borro siempre en vez de enviarlo. Y no te llamo aunque tengo tantas ganas de escuchar tu voz. De hablar contigo.
La verdad es que no he aprendido nada. Sigo siendo igual. Me siguen afectando las mismas cosas. Me siguen emocionando las canciones de siempre. Sobre todo ahora, que sé que todas eran sobre ti. Sigo haciendo las mismas trampas en los mismos juegos. Sigo saliendo con los mismos amigos a los que les ruego que no te mencionen. Hasta que termino preguntándoles qué es de ti. Cómo estás. Cómo te va.
Te podría decir que he cambiado. Que ahora sí es en serio. Que ahora entiendo por qué no funcionó lo nuestro. Que por qué no regresamos. Que por qué no lo intentamos de nuevo. Pero te estaría mintiendo. Y lo haría simplemente para tenerte de nuevo. Para volver a ver mi reflejo en tus ojos. 
Nos estaríamos engañando otra vez. Y volveríamos a lo mismo. Simplemente por el cariño que nos tenemos. Sería tan absurdo. Tan absurdo como cuando estábamos juntos y tras cada silencio resonaba siempre la misma pregunta: "¿por qué no terminamos?".
Después de la tristeza, el coraje y la ansiedad, hoy me encuentro en un mejor lugar. Muchas cosas han pasado desde ese jueves por la tarde. Ha sido un proceso difícil. Repleto de dudas, incertidumbre, dolor y miedo. Miedo de sentarme a pensar y procesarlo todo. Miedo de darme cuenta de que tal vez no tomé la decisión correcta. Pero sí que lo fue. Sí que lo es. 
Nuestro amor ya estaba muerto. Y no fue el olvido, ni la distancia lo que lo mató. Tampoco terceras personas. Fueron las decisiones que ambos tomamos. Fue el seguir juntos por miedo a sentirnos solos. Fue el ego de pedir más de lo que podíamos dar. Fue la necedad de querer imponer una razón en lugar de un corazón. Y principalmente el orgullo. El guardar palabras y esconder perdones. El fingir enojos y romper promesas. Nuestro amor murió porque quisimos hacer "hoy" todo lo que dejamos de hacer durante mucho tiempo. El amor es algo que se debe alimentar día a día y cuidar como si se pudiera ver. Probablemente ese fue el problema. Sólo cuidamos lo que podemos ver. Como un bebé, una planta o un perro. Pero no cuidamos lo que en vez de verse, se siente. Como un sentimiento, una emoción o un recuerdo. Nosotros no cuidamos el amor que sentíamos e inevitablemente se marchitó y murió. Sin poder ser resucitado.
Durante el tiempo que estuvimos juntos me enseñaste muchas cosas. Me enseñaste que soy capaz de poner mi ego a un lado. Que soy capaz de querer incondicionalmente. Y que, aunque duele, puedo ser la persona que quiero ser. También me enseñaste la importancia de poner límites. Me enseñaste que no debo ignorar las señales de alerta ya que la intuición jamás se equivoca. Me enseñaste que el amor, por más grande y puro que sea, no es un remedio a todos nuestros problemas.
Sé que mi carga era demasiado pesada y que no podías ayudarme con ella. Perdóname. Sé que jamás te pedí que cargaras con todos mis problemas. Pero cuando amas a alguien haces todo lo posible para ayudar a esa persona. Hoy entiendo tu frustración al ver que por más que querías no contabas con los recursos para hacerlo. Recuerdo momentos específicos en los que tu frustración era tan grande que el sentimiento de impotencia se apoderaba completamente de ti.
No justifico las decisiones que tomaste, pero te perdono. Yo también tomé decisiones equivocadas por culpa del dolor y de los impulsos. Nunca quise lastimarte. No te voy a mentir. Me desmoroné. Me perdí a mí misma. Lloré, grité, pataleé. Pero gracias a eso he comenzado a reconstruirme sobre los escombros. No estoy segura de lo que siento en estos momentos. Pero puedo decir con certeza que me encuentro en el camino hacia la libertad. Sé que voy a estar bien. Que todo va a estar bien.
Contigo aprendí que la felicidad no acaba cuando una persona se va. Comprendí que el tren no para en una sola estación. Y que tú no fuiste, ni serás el final de este trayecto. No hay que torturarnos con miles de preguntas sin respuesta. La vida pasa y las cosas cambian y está bien. Está bien.
No necesitas pretender que no existo. Que lo que vivimos nunca pasó. Fueron los mejores años de nuestras vidas. Vivimos tantos momentos juntos. Y tanto lo bueno como lo malo nos ha llevado a donde estamos hoy.
Gracias por estos años. Gracias por intentar. Gracias por formar parte de mi historia. Este capítulo ha llegado a su fin. Hoy miro con entusiasmo esta página en blanco. La primera del próximo capítulo. No sé cómo terminará. Pero sí sé como comienza: sin ti.

— m.f. // Página en blanco