jueves, 2 de junio de 2016

Huellas y heridas

Vas a conocer tres tipos de hombres
que se van a ir de tu vida.
Los que pasarán desapercibidos
como un día más del calendario,
los que de tantas decepciones
acabarán convirtiéndose en una,
y los que serán catástrofes naturales,
esos que te desordenarán el pelo
y te moverán el mundo.
(Advertencia)
Los segundos y los terceros
dejarán una cicatriz tatuada en tu piel.
Los segundos haciendo herida.
Los terceros dejando huella.
Una vez conocí a uno de los primeros.
Era alguien ordinario,
alguien que no voltearía a ver
dos veces en la calle,
pero sin darme cuenta
empecé a sonreír al escuchar su nombre.
Un día como cualquier otro
decidió marcharse de mi vida,
sin avisar,
sin despedirse,
sin darle una oportunidad
a lo que nunca comenzó.
También conocí a uno de los segundos.
Era interesante,
un misterio que me pasaría
toda la vida descifrando.
Cuando él llegaba,
se hacía notar
y cuando se iba,
se hacía extrañar.
No me cansaba de escucharlo,
y es que había algo en su voz
que me hacía caer
una y otra vez
por sus excusas.
Después de un tiempo,
conocí a uno de los terceros.
Él era de los que te hacen reír aunque no quieras
porque no lo haces con la boca
sino con los ojos y el corazón abierto,
que hacen de tus miedos
una mentira
y de sus abrazos,
ese lugar donde quisieras vivir.
Nunca sabré si fui su camino hacia la felicidad
o hacia cualquier otra parte,
pero me dejó sus huellas
como el asesino en la escena del crimen.

— m.f. // Huellas y heridas

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