Al principio cuando pasaban nuestra canción,
la quitaba antes de que llegara al coro.
Ni siquiera me pasaba por la cabeza,
el poder escucharla.
Hace unas semanas la pusieron en una fiesta
y después de haberla quitado durante meses,
la canté con todas mis fuerzas
y la bauticé como mía.
El otro día pasaron una de las películas que vimos,
en la que te quedaste dormido.
Me di cuenta de cosas
que no había notado la primera vez,
como que en realidad no es una película de amor.
Supongo que estaba tan ocupada
Supongo que estaba tan ocupada
escuchando tu respiración,
que ignoraba todo lo que estaba a mi alrededor.
Los primeros meses mis amigas
trataban de no mencionarte,
y mi familia dejó de preguntarme por ti.
Supongo que se dieron cuenta
de cómo me tensaba al oír tu nombre.
Hace poco escuché que conociste a alguien,
no sentí nada.
Absolutamente nada.
Pero hasta hoy en día hay algo que no comprendo,
¿Cómo es que después de pasar meses
queriendo saber todos tus gustos extraños,
conociendo cada parte de ti
e intentando entender
por qué nunca te llevaste bien con tu familia,
hoy ni siquiera puedo recordar
las facciones de tu cara?
Que alguien me explique,
¿Cómo es que después de pasar días
cantando en voz alta tu canción favorita,
aprendiéndome la receta
de ese postre que tanto te gustaba
y grabando tu olor,
hoy ni siquiera puedo recordar
cómo se sentía tu mano en mi mano?
No puedo entender,
¿Cómo es que después de pasar horas
repitiendo una y otra vez en mi cabeza tu risa,
leyendo los mensajes que me mandabas
cientos de veces
y memorizando tu voz,
hoy ni siquiera puedo recordar
cómo pronunciabas mi nombre?
Pero, sobretodo,
¿Cómo es que cierta parte de mí
se alegra de todo esto?
se alegra de todo esto?
— m.f. // Me desenamoré de ti para enamorarme de este nuevo mundo.
Un mundo sin ti.
Sin nosotros.