Él es tu definición de perfección.
Es todo lo que siempre habías querido y tal vez más.
Cuando lo conoces comprendes por qué no funcionaron las cosas con todos los demás.
Te das cuenta de lo que le faltaba a cada uno de ellos.
No eres capaz de entender cómo es que te hace la persona más feliz del mundo con el simple hecho de estar ahí,
sentado junto a ti.
Te hace sonreír como una tonta,
mientras habla de temas que nadie más encontraría interesantes,
pero hay algo en el tono de su voz que te hace querer escucharlo durante horas.
Hace las cosas más ridículas para escucharte reír y por primera vez en mucho tiempo,
no sientes que tu risa es algún tipo de máscara para ocultar tu tristeza,
con él es genuina,
natural.
Es la primera persona con la que puedes ser completamente tú misma y hace que sea fácil decirle cosas que ni siquiera te atrevías a decir en voz alta.
Y entonces recuerdas que solías ser alguien que nunca sabía lo que quería,
tu mente sufría de cambios constantes y podías odiar hoy,
lo que te enamoró ayer.
Pero sin duda alguna,
todo lo que tiene que ver con él lo tienes muy seguro.
Tal vez no sabes a qué te vas a dedicar el resto de tu vida,
pero sí que quieres que él esté ahí contigo.
El compromiso nunca ha sido algo para ti,
siempre buscas pretextos para renunciar a todo,
porque tarde o temprano te terminas aburriendo.
Pero por alguna extraña razón,
no te puedes cansar de él,
es como si mucho fuera poco y a veces te gustaría que el reloj avanzara un poco más lento cuando están juntos.
Simplemente es como si todo encajara perfectamente,
como si todo fuera como debería de ser.
Él es tu definición de perfección.
Así que todo lo que puedes hacer es darle una oportunidad a esto que estás sintiendo y esperar que tú también seas la suya.
— m.f. // Dicen que cuando lo encuentras,
lo sabes
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