lunes, 28 de julio de 2014

Quiero una relación perfectamente imperfecta

Mucho tiempo he pensado 
que las relaciones son una tontería, 
que tarde o temprano van a terminar 
y seguramente recordarán ese tiempo juntos 
como una pérdida de tiempo. 
Que al final nada de lo que hagan el uno 
por el otro valdrá la pena 
y que a veces aunque des todo por una persona, 
no parece ser suficiente.
Hasta que un día me di cuenta 
de que estaba completamente equivocada, 
que las relaciones no son una tontería, 
es la gente la que las convierte en eso. 
Hacen lo que quieren, 
sin preocuparse por esa persona 
y luego cuando ésta se cansa y se va, 
se preguntan '¿qué hice mal para que se fuera?' 
Cuando simplemente no hicieron 
nada bien para que se quedara.
Muchos creen que una relación 
es para tener a alguien que te bese, 
que te diga que te quiere 
y que te compre cosas, 
pero no es así, 
ese tipo de relaciones 
son una pérdida de tiempo. 
Yo no quiero una relación donde 
el único contacto que tengamos sea físico. 
Quiero una relación 
en la que al entrar a un lugar lleno de gente 
su cara sea la única que vea, 
que el simple hecho de verlo ahí 
me haga sentir bien. 
Quiero bailar lento con alguien 
y desear que el tiempo se congelara, 
porque me siento segura en sus brazos.
Quiero una relación 
en la que salgamos a caminar 
y que sin darnos cuenta 
nos tomemos de la mano, 
que ninguno de los dos sepa cómo pasó, 
pero nos neguemos a separarnos. 
Quiero sentir que encajo perfectamente 
con otra persona 
y que estamos hechos el uno para el otro.
A lo que voy es que la típica relación, 
a mi parecer, 
no vale la pena. 
Ojalá la gente pudiera abrir los ojos 
y se diera cuenta de las cosas que importan 
y las cosas que no. 
No importa 
si salimos a cenar a lugares elegantes 
o si vamos al cine los fines de semana, 
lo que importa es el hecho de estar juntos. 
No importa 
si me regala cosas cada mes, 
peluches, chocolates o globos. 
Ni siquiera importa 
si me lleva rosas a mi casa, 
lo material no puede expresar 
un sentimiento tan complejo como el amor, 
ni siquiera se acercan a simularlo. 
No importa 
si no hablamos todo el tiempo, 
está bien darse un respiro de vez en cuando, 
la costumbre aburre. 
No importan 
los 'te amo', 
hoy en día son palabras que 
perdieron totalmente su significado. 
Hay muchas cosas mediocres 
en este mundo 
y el amor no debería ser una, 
pero tristemente así lo hemos hecho. 
Así que prefiero a alguien que me diga 
lo que de verdad siente, 
que lo hago feliz, 
que escuchó una canción y se acordó de mí, 
que me extraña. 
Quiero a alguien 
que me haga sentir cosas 
sin necesidad de decirlas, 
no alguien que ponga en todas partes 
que soy la mejor, 
para que todo el mundo vea nuestra relación 
y digan que quieren algo así. 
En una buena relación 
no necesitan hacer cosas 
para demostrarle a otros que se quieren.
Quiero a alguien 
con quien prefiera quedarme 
un fin de semana acostados en el sillón 
viendo películas, 
compartiendo una cobija 
y comiendo palomitas quemadas 
que él hizo, 
en vez de ir a una fiesta, 
alguien que en vez de preguntarme 
'¿qué quieres hacer hoy? 
¿a dónde quieres que vayamos?' 
Me diga "hice planes hoy para nosotros". 
Quiero a alguien 
que quiera saber mi color favorito 
o cuántas cucharadas de azúcar le hecho a mi café, 
alguien que le guste mi risa 
y haga todo lo posible para escucharla. 
Quiero a alguien 
con quien no tenga que desconfiar 
cuando le llega un mensaje a su celular, 
porque sé que sólo quiere estar conmigo. 
Quiero a alguien 
con quien pueda tener conversaciones 
profundas a las 3 de la madrugada, 
que podamos hablar de nuestros problemas, 
de la creación del mundo, 
alguien con quien pueda 
compartir todas mis teorías 
sobre la vida y la muerte, 
alguien a quien le pueda contar 
mis sueños más locos 
y me diga que quiere ayudarme a cumplirlos. 
Quiero a alguien 
que su idea de cita perfecta 
sea un simple picnic en su jardín 
o en el parque donde nos besamos por primera vez, 
reírnos de cualquier cosa, 
encontrarle formas a las nubes, 
alguien que no le importe estar conmigo 
sin hacer nada, 
sin decir nada, 
que los silencios no sean incómodos, 
sino reconfortantes. 
Quiero a alguien 
que juegue conmigo, 
que haga las mismas locuras que yo, 
que podamos actuar como niños de tres años 
y no me diga que soy una ridícula 
o que estoy loca, 
alguien a quien no le importe 
lo que los demás digan, 
que viva para él, 
para nosotros, 
no para los demás. 
Quiero a alguien 
que vea una flor en el pasto 
y que la arranque porque se acordó de mí, 
que me la lleve a mi casa 
sin ser un día especial, 
como un pretexto para verme, 
alguien que me conozca tanto 
que sepa cuando me va a gustar una canción 
que todavía no he escuchado, 
que se ría de mis chistes 
antes de que los termine de contar.
Ya me harté de los títulos, 
de los compromisos, 
de las peleas, 
de los celos, 
de las mentiras, 
de quedar bien, 
de que hagan las cosas a fuerza. 
Ya no quiero contar los días, 
meses, años o siglos que llevamos juntos, 
porque ya me harté 
de poner límites a una relación. 
Quiero un amor natural, 
un amor sincero, 
con defectos perfectos. 
Yo no sólo quiero alguien 
que me abrace y que me bese, 
quiero a alguien que me mire 
como si fuera todo lo que siempre ha querido 
y que tenga ese brillo en los ojos. 
Quiero a alguien que me diga 
que soy hermosa 
y que me haga creerlo, 
alguien que me haga preguntarme 
por qué no me quería enamorar. 
No quiero a alguien 
que me prometa un para siempre 
o que me diga que 
nunca me va a dejar ir, 
quiero a alguien que sepa que la vida pasa, 
que las personas cambian 
y que las cosas pueden salirse de control, 
alguien que aunque esté consciente de eso 
ponga todo de sí 
y me haga sentir feliz 
durante el tiempo que decida quedarse. 
Quiero a alguien 
con el que no tenga que 
convencerme a mí misma de quererlo 
porque todo se da por sí solo. 
Que todas esas historias de amor 
se queden cortas con la nuestra. 
Eso es lo que quiero, 
y estoy dispuesta a esperarlo.

— m.f. // Quiero una relación perfectamente imperfecta

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