lunes, 30 de octubre de 2017

Inmortal

- ¿Papá, tú te vas a morir? - preguntó la pequeña mientras veía las gotas en el cristal, él siguió manejando y sin mirarla, contestó - Algún día, nena, pero no hoy. Mientras tú te haces grande, yo me hago viejo. Pero te prometo que voy a vivir muchos años para verte crecer y levantarte cuando caigas, para abrazarte incluso cuando estés insoportable y te incomode, para contarte cuentos y ponerme celoso de todos los idiotas que te pretendan. Pero sí, algún día me voy a morir. - La pequeña seguía viendo las luces reflejadas en las pequeñas gotas de lluvia que decoraban la ventana, dibujando figuritas en ella - ¿Y por qué te haces viejo? - dijo, sin temor a la respuesta, casi creyendo que todo era una broma - Me hago viejo porque así es como debe ser, las sonrisas se van haciendo arrugas, y yo he sonreído mucho, por eso tengo tantas. El cuerpo de tanto correr se va cansando, y pronto mi cabello se va a ir llenando de canas, como el de tus abuelos y eso significará que me estoy haciendo viejo. - La niña no dijo más, sólo miró a su papá a la cara, le dio un beso en la mejilla y se quedó dormida. Al día siguiente, muy temprano, al mismo tiempo que el sol tocó las cortinas, la pequeña despertó a su padre con gritos de alegría - ¡Papi, papi! Te regalo este plumón, mira, es permanente - y le rayó la mano - no se quita, ¿ves? - y saltó en la cama con la solución de todos los problemas del mundo entre sus manos y rió a carcajadas llenando la habitación de luz y fue tan feliz como nunca nadie lo había sido - ¡Hija, tú sí que estás loca! ¿para qué me regalas este plumón? - preguntó el papá confundido ante la felicidad de la pequeña pulga - ¡Es para pintarte las canas y que así nunca te hagas viejo! ¡Para que puedas vivir para siempre, papi! ¡Para que nunca te vayas! -
Esa pequeña soy yo, y después de tantos años sigo queriendo pintarte las canas y que nunca te vayas de mi lado. Y sigo siendo esa niña loca con actitud de pulga que te ve como un gigante que todo lo puede, eres mi ejemplo, mi héroe, mi guía, mi protector, mi todo. Y sólo quiero que sepas que aunque te salgan canas y te hagas viejo, para mí tú sí eres inmortal. Eres como ese plumón permanente, nunca te vas a borrar. Te amo, papá.

— m.f. // Inmortal